Defensa y seguridad nacional

Por estos días surgió una controversia respecto de la posibilidad de que el Estado argentino disponga de una ley para derribar aviones que ingresen a su espacio aéreo sin autorización. Definitivamente considero que limitar la discusión a ese aspecto es minimizarla, y que por lo tanto debemos enfocar la cuestión desde una perspectiva más amplia, que involucre a la seguridad nacional y a la defensa del territorio.

Todo país debe contar con los instrumentos que le aseguren la defensa de todo su territorio, espacio aéreo y marítimo. Existen dos doctrinas para encarar la defensa de un país: el control físico territorial y el control inteligente. En un territorio tan extenso como el nuestro, es inviable implementar un control físico infalible. Ningún país del mundo logra eficiencia en el control físico, siempre se generan huecos. Es inevitable.

¿Pero qué pasa entonces cuando el territorio es violado, es decir, cuando ingresa alguien sin autorización? Ante intromisiones, debe ejecutarse un protocolo que agote las instancias de disuasión y que confirme la intención del intruso. No podemos permitir aviones que recorran nuestro cielo sin autorización y por rutas que no corresponde. Pero solo ante una negativa rotunda podemos evaluar la chance del derribo, porque ahí sí está en juego nuestra seguridad. En estas situaciones, siempre debe privilegiarse en primer término la seguridad y la vida de nuestra gente. En ningún caso podemos poner en riesgo la vida y la propiedad de inocentes expuestos al accionar de estos mercaderes de la muerte. Pero no debemos olvidar que derribando aviones se pierden información y pruebas vitales para seguir luchando contra distintos delitos. La posibilidad de derribar un avión solo puede contemplarse en el ámbito de la defensa nacional, como medida extrema.

En materia de defensa y seguridad nacional, es imprescindible que el país comparta información con países vecinos y de otros lugares del mundo. El control inteligente es determinante para cumplir de manera exitosa con la defensa de nuestros espacios.