MONTOYA: "EL PERONISMO DEBE CAMBIAR EN SERIO PARA VOLVER A SER UNA ALTERNATIVA REAL"

"Los hechos objetivos indican que no encontraron más que un elemento extraño, pero el contexto es que están pasando cosas frustrantes para la sociedad", lamentó ayer Santiago Montoya en relación a la escultura de un dragón con estómago de caja fuerte hallada en la vivienda de Walter Carbone, un exfuncionario bonaerense. "No encontraron nada dentro de la caja, es un hecho objetivo. Pero si uno junta este episodio con otros que están pasando, es una mala noticia", apuntó en una entrevista realizada por Mauro Viale en A24.

Incluso enmarcó el caso del dragón en el contexto del Foro de Inversión y Negocios de Argentina, también conocido como el "Mini Davos". "La Argentina hace una movida muy grande para que le presten atención, para mostrarse atractiva para hacer negocios, para invertir. Les hacemos un FastTrack a los inversores para que pasen por Ezeiza, les ponemos los mejores chefs argentinos, armamos rondas de negocios con altísimos funcionarios nacionales, los llevamos a la noche al Teatro Colón, y de repente, mientras desayunan al día siguiente, abren el diario y se encuentran con que hay dragones. Esto resta", señaló.

"Nos han pasado tres o cuatro hechos juntos que no ayudan. No me gusta que la Argentina sea noticia por estas cosas", prosiguió. Consultado por las razones de los presuntos casos de corrupción del gobierno kirchnerista revelados en el último tiempo, Montoya explicó que "el ejercicio prolongado del poder muchas veces lleva a pasarse de la raya, a excesos, y eso en un contexto de debilidad institucional, en el que los organismos de control no han tenido todo el fortalecimiento que necesitaban, en el que la separación de poderes no ha funcionado a rajatabla. Los hechos de corrupción existen, son producto de muchos años en el poder e instituciones débiles, y cuidado, no quiere decir que todos sean corruptos". No obstante, el consultor económico y dirigente político se ocupó de distinguir que "hay quienes aprovechan para echar nafta al fuego en un año difícil, en el que los laburantes no la están pasando bien".

Con respecto a la situación económica de los últimos meses, Montoya aseguró que "estamos viendo relativamente suaves los números de la crisis, pero si ampliamos a la informalidad, el panorama se agrava". En ese sentido, amplió: "Cuando decimos que se perdieron 160 mil empleos es muy grave, porque para un peronista un empleo ya es importante y debe ser cuidado. Pero más grave es lo que pasa con los sectores informales. Habría que medir el nivel de ocupación, no el nivel de empleo. Cuando uno mira el apretón monetario se tiene que dar cuenta de que la economía informal que existe y es muy grande, la pasa muy mal. No la defiendo, pero es una realidad. La economía informal se mueve con dinero en efectivo. Este año hubo una política monetaria que tuvo un rol en llevar la inflación hacia un nivel intermedio todavía pero a costa de esto, y es algo que las mediciones de empleo formal, por definición, no reflejan."

La previsión de Montoya es, sin embargo, relativamente optimista. "Apuesto totalmente a que el año que viene se verá alguna recuperación en el clima económico. Creo que vamos a tener 3 ó 4 puntos de crecimiento en el producto. La inflación será de entre 20 y 22 por ciento, o algo más, porque no le creo a la estimación del presupuesto. Los presupuestos tienen que dar señales políticas y me parece bien que den una señal de que la inflación baja. Pero si el déficit fiscal se mantiene alto, incluso más alto que antes, realmente no veo una inflación de menos de 20 puntos en 2017". "La política monetaria ya hizo casi todo lo posible para frenar la inflación, lo demás es estructural. No obstante, creo que lo que se ha logrado en términos desinflacionarios ha tenido un costo sociolaboral alto, hay que cuidar eso; porque hay mucha gente que no la pasa bien". "Ahí es donde digo que, si bien es innegable que nos fuimos a la banquina en el tema corrupción y apoyo todos los esfuerzos para erradicarla, simultáneamente hay un oportunismo político de tirarle nafta al fuego con las sospechas, para ayudar a pasar el mal trago".

A propósito del rol del peronismo en el contexto actual, Montoya señaló que es necesaria una autocrítica pero de verdad. "Creo que un gran sector del peronismo tiene una enfermedad: dejó de buscar las transformaciones sociales y productivas, en el mejor de los casos las usa sólo como marketing, y en su lugar, desarrolló una adicción por el poder". Tras analizar que el Presidente Mauricio Macri tiene un liderazgo muy distinto al carismático tradicional en Argentina, que no se sostiene en "salir a la tribuna a hacer diatribas grandilocuentes", sugirió que "eso puede estar confundiendo a algunos peronistas que no cambiaron el chip". "Me refiero a que están leyendo mal la realidad, y actúan como tiburones que olfatean sangre, maniobrando y mostrándose como diciendo "acá estamos nosotros, con sed de poder", sin que se conozca ni una sola idea poderosa a futuro, son sólo ambiciones, es la máquina de poder que quiere volver a funcionar, por eso digo que es como una adicción al poder".

? Dijo que "se equivocan, porque ciertamente el gobierno nacional tiene problemas, muchos que yo mismo me ocupo de señalar, pero cuidado que se puede repetir aquello de "los muertos que vos matáis gozan de salud aún". Montoya plantea que la gente, "me lo dice continuamente, por la calle, en todos lados, sólo puede ver con simpatía la idea de un peronismo capaz de pensar qué proponer, para qué quiere el poder, qué piensa hacer con el, en vez de especular con las falencias del gobierno de Macri". Sumó: "La pregunta es: ¿hay espacio para un peronismo que no fije posición sobre el populismo, que se comprometa con una inflación baja, que respete la división de poderes e instituciones? A veces le mostramos a la gente que queremos volver al poder, pero primero tenemos que pasar un proceso en el que el peronismo se adecúe a los tiempos, para volver a ser una alternativa real. Hay una parte del peronismo que puede armarse para hacerlo mejor, que no apuesta al fracaso de nadie". Llamó la atención sobre las expectativas que genera "un grupo de intendentes y otros dirigentes peronistas del interior provincial, que viene reuniéndose para discutir propuestas de temas estratégicos y gestión para el presente y futuro de la Provincia, esos que agendaron un próximo encuentro en Cañuelas".

Con respecto a la inseguridad en la Provincia, Montoya insistió con que el gobierno "tiene nueve meses, todavía hay que mantenerle la confianza" en ese y otros frentes, confió. "La inseguridad es un fenómeno complejo acumulado durante décadas. Hay gente que hace dos generaciones no ve a sus mayores trabajando. Esperar que lo arreglen en nueve meses es difícil. No estoy en el gobierno provincial, pero me da la impresión, por lo que comunican, de que están haciendo reestructuraciones", admitió; no sin comentar el proyecto que elaboró en tiempos de estudio e investigación para su campaña electoral, una propuesta audaz de reinvención en el área. "La Policía necesita una modernización institucional profunda, no necesariamente la que está llevando adelante el gobierno actual. En mi opinión está agotada desde hace 20 años la institución policial, hay que reinventarla. Yo pensaba que la policía debe ser reemplazada por una institución que incluya a todos los policías muy buenos que hay y que incluya una agencia de investigación al estilo FBI provincial, con cuerpos independientes y regionales, de modo que ninguno tenga más de 6, 8 mil hombres, estos son algunos de los principales rasgos de mi propuesta", finalizó.

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