OPINIÓN

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Recaudamos mucho, ¿podemos recaudar mejor?



Ayer participé del seminario “Finanzas públicas para el desarrollo: fortaleciendo la conexión entre ingresos y gastos”, organizado en conjunto por CAF y Universidad Torcuato Di Tella. Mi exposición, “Recaudamos mucho, ¿podemos recaudar mejor?”, fue parte del panel “Las finanzas públicas en Argentina: redistribución, eficiencia y democracia”. Aquí les dejo las principales consideraciones.

Hoy Argentina tiene una presión tributaria muy similar a la de países desarrollados. Cuando se miran las alícuotas de los impuestos más importantes también se encuentra similitud entre Argentina y el mundo desarrollado. Sin embargo, cuando se analiza en detalle el impacto de cada impuesto sobre la recaudación se encuentra que, en relación, Argentina recauda más por impuestos indirectos (IVA) que por impuestos directos (Ganancias). Respecto de este último, de tanta trascendencia por estos días, en la comparación internacional la recaudación en concepto de ganancias a las corporaciones se encuentra en niveles similares a los internacionales, mientras que en ganancias a las personas físicas Argentina está recaudando menos que los países desarrollados, con valores más cercanos a los de Chile o Brasil.

El Impuesto a las Ganancias es el impuesto más progresivo por naturaleza, particularmente el que pagan las personas físicas, ya que el que pagan las empresas puede ser trasladado a precios perdiendo la progresividad. En principio pareciera ser que el sistema podría ganar progresividad si se incrementara la recaudación por el Impuesto a las Ganancias que pagan las persona físicas. Si se mira más en detalle se encuentra que más del 40% de este impuesto proviene de la cuarta categoría, es decir, trabajadores en relación de dependencia. Muchos estudios señalan que la evasión del Impuesto a las Ganancias se encuentra en el orden del 40%-50% y que la informalidad laboral está estimada, según distintas fuentes, en 30%-40%. Por lo tanto, es necesario combatir la informalidad. Otro problema a atender es el grado de cumplimiento de las personas que obtienen ingresos de otras rentas (del suelo, de capital, u otros beneficios, lo que se incluye en las primeras tres categorías), que sin lugar a dudas es un espacio mucho más propicio a la evasión respecto de los trabajadores en relación de dependencia.

Definitivamente hay que reconocer la importancia redistributiva que tiene el Impuesto a las Ganancias que pagan las personas físicas. Es necesario incrementar la cantidad de contribuyentes y aumentar el grado de cumplimiento de las primeras tres categorías, para así aliviar la carga sobre los contribuyentes actuales, en pos de alcanzar niveles de recaudación similares a los de países desarrollados y con estados de bienestar fuertes.

A partir de esto, concluyo que el tema del impuesto a las ganancias en Argentina es muy complejo, requiere una discusión profunda que revea en detalle sus características, y su solución de ninguna manera puede estar limitada exclusivamente a la elevación del mínimo no imponible. Y agrego que la legitimidad entre el gobernante (como cobrador de impuestos) y el ciudadano (como pagador) es un aspecto clave que explica en buena parte el éxito o el fracaso en la tarea de recaudación.

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