- 09ENE 2010
Al amparo de la ley y la opinión publica, la fórmula mágica
Lideré durante seis años una campaña tributaria en una de las jurisdicciones que ostentaba las peores cifras de recaudación de Argentina. Y como ocurre siempre, atrás de una mala performance tributaria se escondían las inequidades más insoportables para una sociedad democrática moderna: fastuosas urbanizaciones que se encontraban registradas como baldíos, embarcaciones millonarias no registradas, vehículos de alta gama inscriptos en otras jurisdicciones y un sinnúmero más de transgresiones.
En resumen, todo lo que configura una cultura tributaria débil. El tamaño del desafío inicial desanimaba a cualquiera. Buscábamos junto a mi equipo por donde comenzar.
Teníamos el plan estratégico, pero eramos conscientes de que las medidas a aplicar desatarían fuertes polémicas. En este sentido, tuvimos algo bien claro desde el comienzo: no había posibilidad de avanzar sin dar un amplio debate de cara a la sociedad. Y ello no significaba mas que actuar en dos planos simultáneos: la legislatura provincial, ámbito natural de discusión de las leyes bonaerenses, así como los medios de comunicacion, espacio de participación y debate en estos tiempos de Internet y Facebook.
Hoy, a más de siete años del inicio de aquella campaña y cuando me encuentro en un espacio político de generación de propuestas y soluciones a los problemas de Argentina, me invitaron del programa "A dos voces" a participar en un debate relativo al conflicto institucional planteado alrededor de la renuncia del presidente del Banco Central.
Lo que hice precisamente aquella noche fue aportar algunas ideas que tengo marcadas a fuego por mi propia experiencia en la gestión publica: es necesario canalizar las iniciativas políticas institucionalmente y, tan importante como ello, de cara a una opinión publica que gracias a los nuevos medios tecnológicos evalúa y juzga cada vez con mayor cercanía la actuación de los funcionarios públicos.
Hasta pronto amigos.
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